miércoles, 29 de julio de 2009

ALBERTO CASAL



Tener amigos como Alberto Casal le hacen a uno la vida más llevadera. No solo por la amistad, obvio como dicen los porteños, sino porque este colega es un pedazo de monstruo en el buen sentido de la palabra. Yo creo que sabe más de cine que Billy Wilder, Orson Welles, Jean-Luc Godard y Pier Paolo Pasolini juntos. Una auténtica filmoteca andante. En nuestras largas charlas hasta altas horas de la madrugada del día después, he aprendido con él más que con cualquier maestro de yoga. Pero es que luego se pone a hablar de música y empieza a ponerte canciones de su querido Fito Paez o de los Rolling Stones, o de el último disco de Neil Diamond que ha sacado recientemente "una verdadera joya" etc…
Y no solo sabe en que año se grabó, la vida y milagros, sino que te dice el nombre del bajista, del trompestista e incluso el último concierto del acordeonista Chango Spasiuk si es preciso. Además es un gran escritor. Puedo citar por ejemplo "Rock and Grelos" el libro que cuenta como nadie la historia del rock en Galicia y en el que me basé con su beneplácito para hacer una canción con el mismo nombre. En definitiva es una fonoteca con rizos y ojos azulesl como el cochecito de La Habana. Creo que guarda en su disco duro incluso el borrador de una canción inacabada a la que tenemos que dar el finiquito uno de estos días, meses o años…la cual comenzamos a escribir en una servilleta mientras degustábamos una exquisita lubína con almejas acompañados por su inseparable Pilariña, allá en Filiberto o El Asesino “restaurante compostelán que frecuentaba Valle ínclán entre otros” del cual se pueden contar mil historias pero no será hoy. Porque estoy hablando de Alberto. De Don Alberto.
De mi amigo Albertiño Casal.
Y que decir de literatura o de poesía.
En una de las últimas conversaciones telefónicas estaba fascinado con la polaca Wislawa Szymborska. De hecho al día siguiente me fui a la librería del Gato Lector que regenta el amigo Terán y flipe en colores con la sabiduría de esta moza entrada en años, Premio Nobel de literatura con más de 70 abriles bajos su pelo gris.
Hace una semana me mandó un correo con la conferencia que había dado recientemente dentro de las jornadas estéticas de la animación en la Fundación Seoane que él título "El eterno trastorno y la persecución perpetua: Leyes del universo animado según la Warner". Cuando había leído la mitad lo llamé para decirle que eso había que editarlo en un libro. Para mi gozo me contestó que iban a publicarlo en otoño. Ole. Así lo podré tener en la estantería donde pongo con mimo las joyitas literarias.
Estaría escribiendo horas sobre mi colega Alberto Casal, pero como esto es un blog y quiero que escuchen la canción ¡Qué importa! cuya letra hicimos juntos haré un paréntesis.
Solo añadir que el vídeo que vais a ver es de un concierto que dimos en la sala Galileo de Madrid con motivo de la presentación del disco Cometas donde está incluido este corte. No sin antes agradecer a los músicos de lujo que me acompañaron, Pablo Méndez, Javier Paxariño, Rocío Silguero y Albert Anguela su apoyo, su aliento y su Arte incuestionable.
A ti Alberto decirte que te quiero como a un hermano y que la palabra amistad a tu lado se queda corta.
Queroche.
Pasen y vean.
Ah... Se me olvidaba comentar que Alberto Casal es periodista “xornalista en galego”, guionista, trapecista de sueños en los mares del Pindo y un pedazo de letrista además de Director de Xabarín Club en la tele gaita.
Espero que os guste. Un abrazo.
¡Acción!

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